Smart contracts: razones por las que son tan importantes para los negocios
La tecnología blockchain está transformando la forma de hacer negocios, y su valor comercial crecerá aún más durante las próximas dos décadas.
Cada vez son más las compañías que están implementando esta tecnología en sus procesos, y una de las aplicaciones más extendidas es la de los smart contracts o contratos inteligentes. A continuación, explicamos en qué consisten, cómo funcionan y por qué se están convirtiendo en un elemento indispensable en las empresas.
¿Qué es un smart contract?
Un contrato inteligente es un acuerdo sustentado en tecnología blockchain que se ejecuta automáticamente una vez se cumplen ciertas condiciones preprogramadas. Su objetivo es el de simplificar los negocios y eliminar los intermediarios y, así, ahorrar costes.
Para entender en qué consisten, tenemos que partir de la definición de un contrato tradicional: un acuerdo entre dos o más partes donde se define lo que se puede hacer, cómo y qué ocurre si algo no se hace. En resumen, unas reglas de juego que facilitan la comprensión por todas las partes de lo que consistirá la interacción entre ellos. Están sujetos a leyes y jurisdicciones territoriales y, normalmente, requieren notarios, lo que supone mayores costes, tiempo y terceros que intervengan en el proceso.
Sin embargo, los contratos inteligentes pueden ejecutarse y hacerse cumplir por sí mismos, de manera autónoma y automática, sin mediadores. Son scripts escritos con lenguaje de programación y que tiene validez sin depender de autoridades, descentralizados, inmutables y transparentes.
Cómo funciona un contrato inteligente
Los contratos inteligentes funcionan siguiendo declaraciones simples de “Si/cuando… entonces…”, que se escriben en código en una cadena de bloques. Una red de computadoras ejecuta las acciones cuando se han cumplido y verificado las condiciones predeterminadas. Estas acciones podrían referirse a la liberación de fondos, el registro de una propiedad, la emisión de una multa, etc.
La cadena de bloques se actualiza cuando se completa la transacción; por lo tanto, ya no es posible cambiarla, y solo las partes que tengan permiso podrán ver los resultados. Dentro de un smart contract puede haber tantas estipulaciones como sea necesario; y, para establecer los términos, los participantes deben determinar cómo se representan las transacciones y sus datos en la cadena, acordar las reglas que regulan esas transacciones, explorar las posibles excepciones y definir un marco para resolver disputas.
Una vez que todo esto se estipule, un desarrollador podrá programar el contrato.
¿Qué problemas solventa un contrato inteligente?
Las empresas, sin importar el tamaño que tengan o el sector al que pertenezcan, están rodeadas de contratos escritos. Por desgracia, estos suelen ser engorrosos y fuente de conflictos comerciales y legales.
Por ello, la solución más eficaz a los contratos tradicionales son los smart contracts. Estos simplifican los negocios y el comercio entre partes anónimas e identificadas, normalmente sin la necesidad de un intermediario. También reducen la formalidad y los costos asociados con los métodos tradicionales, siempre preservando la credibilidad, seguridad y autenticidad.
Pero no son las únicas ventajas, pues proporcionan muchas más:
- Aportan una mayor seguridad gracias a que, al estar basados en tecnología blockchain, los libros de cuentas son inexpugnables e inmunes a alteraciones.
- Eliminan la dependencia de los intermediarios y dan mayor libertad a las partes para realizar acuerdos.
- Se ejecutan casi en tiempo real, al producirse de forma simultánea para todas las partes una vez que se cumplen los criterios necesarios.
- Crean un entorno de confianza y transparencia donde todos los participantes ven la información del contrato en la cadena de bloques.
Al estar distribuidos por miles de ordenadores, se evita que una gran compañía los custodie, lo que elimina la burocracia, las censuras o los grandes costes/tiempos implícitos de este proceso.
Ejemplos de smart contracts
La primera vez que se tiene constancia pública de un ejemplo de smart contract es gracias a Nick Szabo, jurista y criptógrafo, que hizo mención a ellos en un documento en 1995. Dos años después, desarrolló un documento más detallado donde definía la teoría, aunque en ese momento era imposible hacerla realidad con la infraestructura tecnológica existente. Habría que esperar casi 15 años, en 2009, para que se hicieran realidad con la aparición de la tecnología blockchain y el bitcóin.
Las soluciones de smart contracts pueden aplicarse en numerosas industrias y procesos, como, por ejemplo, en el sector farmacéutico. Sonoco e IBM están empleando estos contratos para reducir los problemas durante el transporte de medicamentos, a través de una plataforma que realiza el seguimiento de los productos con control de temperatura a lo largo de la cadena de suministro para aportar datos fiables y precisos entre las partes implicadas en el proceso.
Si hablamos del sector retail, The Home Depot utiliza smart contracts para resolver rápidamente las disputas con los proveedores, gracias a un proceso de comunicación en tiempo real y una mayor visibilidad de la cadena de suministro. Así están consiguiendo relaciones más sólidas con los proveedores y mayor capacidad para emplear este tiempo en innovación y trabajo críticos.
El comercio internacional también es uno de los grandes beneficiados en la actualidad, pues gracias a los contratos inteligentes y el blockchain se pueden definir reglas estandarizadas y opciones comerciales simplificadas con las que reducir la fricción, además de ampliar las oportunidades comerciales para las empresas y los bancos participantes.
¿Por qué las empresas deben considerar la implementación de smart contracts?
Los contratos inteligentes tienen el potencial de cambiar de forma radical industrias como el arte, el retail, la cadena de suministro, la industria o las telecomunicaciones, entre otras, gracias a acelerar las transacciones, reducir el papeleo y generar rentabilidad.
En el espacio financiero han pasado de los 500 millones de dólares a más de 20.000 millones de dólares en 2020, y son solo cifras iniciales.
Los contratos inteligentes resuelven el problema de la confianza en el mundo digital y le dan un carácter más honesto, seguro y justo. Introducen en tu negocio protocolos que garanticen la integridad de los acuerdos multiparte y hacen cumplir automáticamente las obligaciones fijadas, como solicitudes de préstamos y propiedad intelectual, validar la elegibilidad de seguros, establecer organizaciones autónomas descentralizadas, etc.
Si estás pensando en implementar smart contracts en tu negocio, en Plain Concepts podemos ayudarte a encontrar la solución que mejor se ajuste a ti.